Sangre, dinero y dignidad.
Treinta años después del golpe militar, el litoral argentino sigue acunando historias de dignidad asombrosas.
Rebeldías que emocionan, gambetas del amor a cualquier forma del odio que contagian optimismo y esperanzas.
Postales existenciales que devuelven el sentido a la palabra futuro y que busca un mejor lugar para los chicos, para los que representan la inverosímil resistencia de la ternura en una tierra plagada de impunidades y olvidos.
Quizás porque los habitantes de las seis provincias del litoral saben que son descendientes de los guaraníes, los buscadores permanentes de la tierra sin mal, ese lugar en donde todos y cada uno tendrán la posibilidad de ser felices.
Por eso la memoria, la verdad, el amor y la justicia siguen avanzando.
Porque treinta años después, en el litoral argentino hay tantas cuestiones pendientes como esperanzas recién nacidas. De esto se trata lo que sigue.”