El 6 de septiembre se cumplieron noventa años del surgimiento del Partido Militar, títeres macabros del poder económico. Hoy, en toda la Patria Grande, los nichos de corrupción policiales heredaron aquella capacidad desestabilizadora. La Bonaerense, en armas, con móviles y uniformada, atentan contra la democracia siendo funcionales a los intereses concentrados. Rechazamos estas políticas y entendemos que la solución está en democratizar la democracia, no en cercarla.
Desde hace años venimos diciendo que una de las deudas internas más profundas de la democracia es la conducción política de las policías provinciales. Que es imprescindible salir de las órbitas de los ejecutivos solamente y sumar el control legislativo así todas las fuerzas políticas se hacen responsables de lo que sucede en la vida cotidiana en cada geografía subnacional.