El abrazo de Messi y Neymar debe viajar de la cancha chica del fútbol a la grande grande de la Patria Latinoamericana. La bajante del Paraná pone de manifiesto cómo el trabajo y la producción de los pueblos argentino y brasileño están al servicio de intereses ajenos que extranjerizan riquezas, multiplican la pobreza del lado de adentro y destruyen el Amazonas y el Paraná. Pensar desde nosotros para un modelo de desarrollo que genere riquezas para nuestros pueblos y proteja la biodiversidad. Imaginar el abrazo entre las centrales obreras de ambos países, alentar el abrazo de organizaciones ambientalistas de Brasil y Argentina y exigir que la geopolítica y el comercio exterior sean diseñados desde adentro hacia afuera. Una logística común, un banco central latinoamericano y empresas de marina mercante de Sudamérica y energéticas en común. Hoy es indispensable. Es la naturaleza la que se rebela contra el extractivismo, la otra cara de la extranjerización. Hagamos que el abrazo de Messi y Neymar sea también en la cancha grande de la realidad latinoamericana, por el Amazonas, por el Paraná, por nuestros pueblos.