El diputado provincial de Santa Fe, Carlos del Frade habló sobre la cantidad de recursos que pasan por el Paraná, donde dos empresas cobran el peaje y el 95 por ciento de los barcos son extranjeros, garantizando ganancias incalculables a las multinacionales y grandes pérdidas al Estado argentino.
Por el Río Paraná circula alrededor del 60 por ciento del comercio exterior de Argentina, y pasan por allí aproximadamente 80 mil millones de dólares al año. Esta ruta hídrica conecta al país el Océano Atlántico y permite exportar a Paraguay, Bolivia, Uruguay y el noreste de Brasil.
Desde 1995, bajo el gobierno de Carlos Menem, la concesión del dragado y balizamiento está en manos de la empresa belga Jan de Nul y la empresa local Emepa, propiedad de Gabriel Romero. Frente al vencimiento de este acuerdo, el diputado de Santa Fe por el Frente Social y Popular Carlos del Frade advirtió: “Hoy la historia nos tocó la puerta, atendámosla”
“ El 30 de abril se vence ese peaje y la pregunta es ¿quién lo cobra? Lo sigue cobrando una empresa belga, una de las cuatro empresas de dragado más grandes del mundo y una supuestamente nacional. ¿Sigue en manos de esa gente y por lo tanto las multinacionales que son inquilinas de los puertos, no propietarias porque el propietario es el Pueblo Argentino, para que ellas digan lo que quieren declarar, y cobren lo que quieren cobrar, y le dan al Estado lo que quieren? ¿O lo puede hacer el Estado?”
Ante una situación donde más del 30 por ciento de la población está bajo la línea de pobreza y con una deuda que supera los 330 millones de dólares, este negocio resulta no solo estratégico, sino rentable. Del Frade remarcó que es necesario que “la riqueza argentina se quede para el pueblo argentino, y para hacerlo sería importante recuperar lo que se va por el Río Paraná”. Así como hacen otros países con ríos navegables en el mundo, incluso con participación privada pero donde la soberanía la ejercen los Estados.
Sin embargo, dado el corto plazo que queda para el fin del contrato, y la infraestructura necesaria para sostener la circulación, que el Estado se haga cargo de semejante negocio es difícil, por el desguace mismo que hay de maquinarias – en los ‘90, las dragas pasaron de manos del Estado a Jan de Nul – y la formación técnica requerida. Pero que sea difícil o lleve más tiempo no implica que los negocios queden como están, ni que se pueda avanzar hacia ese objetivo.
“ Mientras vamos soñando con la Empresa Nacional de Hidrovías, con la Empresa de Líneas Marítimas Argentinas como alguna vez tuvimos, Marina Mercante -porque el 95 por ciento de los barcos que pasan por las costas de Buenos Aires y Santa Fe son extranjeros-, lo que decimos es que por lo menos en el contrato a partir del 30 de abril, en lugar de quedarnos con el 10 por ciento de lo que se llevan ellas, nos quedemos con el 50. Porque el propietario somos nosotros, y es la única vez que pasa al revés: el inquilino le pone las condiciones al propietario”
Por último, el diputado llamó a la reflexión del Gobierno Nacional y subrayó que es un asunto que debe discutirse en conjunto con toda la población civil, universidades y organizaciones sociales, “y no como se está discutiendo hasta ahora en mesas chicas en donde las únicas que hablan son las bolsas de comercio y las grandes multinacionales” indicó.
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