- Publicado en Agencia Pelota de Trapo
“Fue un atentado irracional en el que también murió Gustavo Candia, 35 años, este sí con vínculos con Los Monos. Las amigas de Tiziana contaron que en el bar estuvieron una media hora y decidieron irse. Salieron y fueron hasta la esquina de Arijón y Balcarce a esperar un remís. Mientras estaban ahí se acercó Gustavo Candia y les dijo que era dueño del bar y que no se fueran, que las invitaba un trago. Las chicas lo miraron y nada más. No tuvieron tiempo de mucho. Un auto blanco que estaba parado a pocos metros de la esquina se acercó y disparó una metralla al grupo. “De todas la única que se quedó parada, como que no entendió nada, fue Tiziana”, le dijo a Alejandro otra de las adolescentes. Tiziana recibió un tiro en el tórax y murió horas después en el Hospital de Emergencia Clemente Alvarez”, cuenta el periodista Claudio Berón en su crónica.
Tiziana tenía, solamente, 15 años.
En la semana donde hubo ocho asesinatos en seis días en Rosario, en la ex ciudad obrera, portuaria y ferroviaria, el caso de Tiziana conmovió al barrio y la población en general.
El miércoles 24 de julio, decenas y decenas de vecinas y vecinos se movilizaron reclamando justicia.
La palabra más repetida en los carteles hechos a mano por sus amigas y compañeras de la escuela “Luis María Drago”: “Justicia x Tiziana”, “Tu curso te va a recordar siempre”, “Te amamos”, decían las letras hechas con tristeza pesada y apuro para llegar a la concentración.
Tiziana integraba la comparsa “Los Herederos” en el tradicional barrio de la carne rosarina, en la zona sur.
-Todos nos conocen en la zona, ni mi hija ni nadie es gente de la noche. Nada que ver, estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado… – agregó su padre en diálogo con los medios rosarinos.
Los 15 años que solamente vivió Tiziana son los días de una transformación feroz que operó en los barrios de todas las ciudades que alguna vez fueron obreras en la Argentina crepuscular del tercer milenio.
Mientras Tiziana crecía, estudiaba, bailaba, tenía amores y amistades y peleaba por concretar sus sueños, el capitalismo imponía las reglas de sus principales arterias ilegales para garantizar el flujo cotidiano y permanente del dinero: narcotráfico y armas, desde arriba para abajo.
Ahora, en plena transición entre gobiernos municipales, provinciales y nacionales, también se producen estos reacomodamientos en las calles de los barrios estragados y en las oficinas donde se lava el dinero.
Tiziana, con solamente quince años, quedó en medio del enfrentamiento por el dominio de algunos flujos del dinero en la ex ciudad industrial y en el que, por primera vez en la historia contemporánea de las mafias, los principales líderes de las bandas de Los Monos y los Alvarado dirimen sus diferencias a través de los medios de comunicación. Un hecho inédito para la crónica policial argentina.
Tiziana, de solamente quince años, debió celebrar su existencia.
El problema es que la fiesta cotidiana de los flujos de dinero ilegal del capitalismo le arrancó su derecho de manera bestial.
A esta altura de la sangre derramada de chicas como Tiziana, tanto en Rosario como en la Argentina, el silencio de integrantes de los sectores políticos y judiciales tiene más el sabor rancio de la complicidad que el gusto de la repetida y cobarde responsabilidad institucional.
Tiziana, de solamente quince años, necesitaba seguir viva para pelear por sus sueños.