La concentración de vacunas en pocos países demuestra la crueldad del capitalismo.
Pensemos en estas tres postales de capitalismo explícito, obsceno.
“No es casual que, en el presente, aquellas naciones que tienen a cargo su producción sean las que cuentan con las tasas más altas de aplicación. Me refiero a potencias como Estados Unidos, Reino Unido, China, Corea, Alemania e incluso India, que en el rubro es muy fuerte. Era evidente que así sucedería: aquellos que las fabrican son los que más distribuyen en sus poblaciones”, señala Darío Codner, secretario de Innovación y Transferencia Tecnológica de la Universidad Nacional de Quilmes.
“El tema es que, a la larga, será insostenible: es un virus y para frenar la propagación hay que inmunizar a la población mundial. Muta tan rápido que llevará al cierre intermitente de fronteras y a una división social, donde los que mejores condiciones tengan estarán inmunizados y el resto no. Se parece a una película de ciencia ficción, pero no lo es tanto”.
El reverso de la concentración y el acaparamiento de los recursos es la incertidumbre: cuando las reglas de juego se dictan en otras latitudes, lo que resta es esperar.
La dinámica de la desigualdad se expresa en términos de opuestos: a la riqueza absoluta, se opone la pobreza absoluta; casi que no hay lugar para matices.
Más de 130 naciones, en 2021, no recibirán ni una sola vacuna para combatir el coronavirus.
Segunda postal luego de leer y pensar en ese número anterior.
La cifra que dice que 130 naciones no recibirán ni una sola vacuna para combatir el coronavirus.
Ahora sí, entonces, la segunda imagen de capitalismo explícito:
La Comisión Europea (CE) dijo que espera sellar el mayor contrato de suministro de vacunas del mundo dentro de unos días, comprando hasta 1800 millones de dosis de la vacuna Covid-19 de Pfizer para los próximos años, mientras se debate sobre lo injusto del acceso a las vacunas para las personas más pobres del mundo. Las vacunas de la farmacéutica estadounidense y de su socio alemán BioNTech se suministrarían entre 2021 y 2023, dijo la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, durante una visita a la planta de vacunas de Pfizer en Puurs, en Bélgica. El suministro será suficiente para inocular a los 450 millones de habitantes de la UE durante dos años y llega en un momento en el que el bloque busca apuntalar el abastecimiento a largo plazo. Este es el tercer contrato del bloque con las dos empresas, que ya han cerrado dos para el suministro de 600 millones de dosis este año. Bruselas pretende inocular al menos al 70% de los adultos de la UE antes de julio.
La tercera visión de capitalismo explícito sucede en la India, la tierra del Buda.
Las agencias internacionales de noticias sostienen que la segunda ola de coronavirus está devastando a la India.
El gigante asiático rompió nuevamente un récord con 332.730 nuevos contagios y 2.263 muertos, mientras los hospitales lanzaron llamados de auxilio por falta de oxígeno.
A esto se agrega el dramático espectáculo de piras funerarias ardiendo en las calles, única salida de muchas familias para despedir a sus muertos ante los abarrotados crematorios.
India alcanzó los 16.200.000 infectados, lo que ubica al país en el segundo lugar entre los más contagiados por detrás de Estados Unidos (31.900.000). Esto se debe a una incruenta segunda ola que avanza a una velocidad incontenible, sumando más de 100.000 casos diarios promedio en tan solo una semana.
Mientras crecen los contagios, los ricos abandonan el país rápidamente para adelantarse al confinamiento estricto programado por el gobierno.
El precio de los pasajes de avión se disparó y la demanda por los jets privados aumentó de manera fulgurante en las últimas horas.
Según los portales de comparación de precios, un pasaje para volar de Bombay a Dubai costaba hasta 80 mil rupias, unos mil dólares, un precio diez veces superior al habitual.
La demanda enloqueció totalmente para los viajes en jets privados, dijo un portavoz de Air Charter Service Indica, especializado en este servicio.
Después de estas escenas de capitalismo explícito, es interesante abrir una pregunta sobre qué hacer en este tiempo en el que permanecemos en esta atribulada cápsula espacial llamada planeta Tierra.
Ojalá algún día sepamos construir aunque sea tres postales o escenas de humanismo explícito y beligerante.