La iniciativa, presentada el 22 de abril en coincidencia con el Día de la Tierra, apunta a paliar los daños materiales y espirituales derivados de la pérdida del ecosistema que siguen produciéndose en el tiempo, en distintas generaciones, a casi sesenta años del cierre del último ingenio de la empresa inglesa La Forestal.
Según el trabajo del diputado provincial del Frente Social y Popular las necesidades que hoy viven las poblaciones del norte provincial son en gran parte fruto de 75 años constantes de planificada explotación del norte santafesino por parte de La Forestal y avalado por el estado del Reino Unido de Gran Bretaña.
Los datos pueden confirmarse por ejemplo en los números de los censos de población de los años 1960 – 1980 según los cuales:
Villa Ana redujo su población en un 85 por ciento. Villa Guillermina, en un 26 por ciento.
Villa Ocampo, en un 8 por ciento. La Gallareta, en un 87 por ciento.
Y las cifras del Censo de Población del año 2010 marca la continuidad las perdidas de nuestros pueblos:
En cuanto al promedio de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas en la provincia de Santa Fe es del 7,4 por ciento, y el promedio de la tasa de analfabetismo en la provincia es de 1,8 por ciento.
Sin embargo, en Nueve de Julio asciende al 15 por ciento y la tasa de analfabetismo se eleva al 5,5 por ciento, en Vera, las NBI alcanzan al 14,7 por ciento de la población y el analfabetismo al 5 por ciento, en General Obligado, las NBI llegan al 11,8 por ciento y el analfabetismo al 3,4 por ciento, en San Cristóbal, las NBI alcanzan al 6,9 por ciento de los hogares y la tasa del analfabetismo al 2,5 por ciento, y en San Justo, las NBI llegan al 6,1 por ciento de los hogares y la tasa de analfabetismo al 2,2 por ciento.
“El delito ambiental cometido por esa política de explotación extractivista, avalada por el gobierno inglés, continuó en la vida colectiva de estas poblaciones del norte profundo santafesino más allá del cierre del último ingenio en La Gallareta, en 1963, en el departamento Vera” comenta del Frade quien asegura que “el éxodo de la población, efecto del cierre de los obrajes y el exterminio del bosque, tiene costos sociales que llegan hasta el presente”