Matar para robar, luchar para vivir

Historia política de la impunidad

(…) Los represores siguen libres y los intereses que representaron continúan ocultos. Pero surgen nuevos testimonios de sobrevivientes que nunca antes habían declarado. Y allí están, una vez más, los nombres y las pistas para llegar a la memoria, la verdad y, esta vez si, la justicia que dará sentido colectivo a la democracia y a la palabra futuro.

Mientras tanto, el asesinato de Sandra Cabrera, la secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina, seccional Rosario, revive la historia de La Santafesina SA en relación directa con los crímenes del terrorismo de estado y sus cajas negras. Por eso el repaso de un tiempo presente que parece moverse hacia el pasado y no mirando al futuro.

Surge la necesidad de pensar el rol de Díaz Bessone y Galtieri, sus carreras personales a partir del poder construido desde el Segundo Cuerpo de Ejército y los intereses que representaron hasta no hace mucho. Como también urge responder a varios interrogantes de los recientes gobiernos provinciales que reciclaron personajes muy oscuros de la dictadura militar. Los nuevos testimonios de sobrevivientes remarcan la presencia de sectores sindicales afines a los grupos de tareas, empresas que apoyaron el golpe y su genocidio y agregan nuevos nombres de personas que saben mucho sobre lo
ocurrido y que, sin embargo, nunca fueron citadas a declarar ante la justicia federal.

Pero si se mató para robar, también es cierto que la esperanza sobrevivió a pura lucha. Historias de amores que gambetearon lo individual y amanecen como ejemplos para los tiempos por venir.

De una historia de más de treinta años habla esta investigación periodística y persigue el único objetivo de darle sentido al compromiso asumido cada vez que llega un hijo a estas tierras. El futuro dependerá de esa lucha permanente por la memoria, la verdad, la justicia y la democracia.

Carlos del Frade – Rosario, 25 de febrero de 2004

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