- Por Carlos del Frade
Casi treinta mil familias sufrieron angustia como consecuencia de estas políticas empresariales de los últimos años en consonancia con una política que priorizó lo financiero, el lavado de dinero y la fuga de capitales por encima de lo productivo. Hasta el anuncio del presidente Alberto Fernández, de garantizar los puestos laborales y la continuidad de la empresa, Santa Fe estuvo a punto de sufrir un segundo proceso de La Forestal.
De ahora en más, el futuro está abierto. Es imprescindible democratizar la democracia. Dotar lo que viene de la máxima transparencia y con la máxima presencia santafesina por respeto a lo que vienen haciendo las miles de familias que hicieron grande a Vicentin.
Una empresa pública, mixta, que permita la participación de trabajadores, productores, cooperativas y el conocimiento de profesionales surgidos de las universidades de Rosario y el Litoral puede alumbrar un nuevo modo de Estado ágil, inteligente, sensible y activo a favor de las grandes mayorías que termine para siempre con las películas repetidas que presentan la careta de un estado bobo y cómplice. Una complicidad que de acuerdo a la sucesión de créditos que otorgó el Banco Nación en el último año fue ejecutada y planificada por el gobierno de Mauricio Macri y sus funcionarios, usando los noventa años de Vicentin en beneficio de intereses pequeños y oscuros.
Hay futuro para Vicentin y Santa Fe en medida que se profundice la democracia, la transparencia y la participación, teniendo como base el respeto a las familias trabajadoras y la necesidad de contar con el estado nacional jugando fuerte y marcando la cancha en el negocio exportador y en el sistema financiero. Ese es el desafío.
- Publicado en Página/12