- Por Carlos del Frade
La nueva solicitada de Vicentin, publicada este martes 26 de julio de 2022, hace eje en la necesidad de cerrar el proceso preventivo de acreedores, dice que tiene una “contundente mayoría” que apoya su propuesta y “sin requerir de fondos de asistencia de índole pública”. Y asegura que lo sucedido es por “la crisis financiera” de la compañía.
El texto está firmado por el directorio.
Ese directorio tiene 14 personas procesadas por estafas reiteradas y tienen libertad porque debieron pagar una caución por diez millones de dólares. El presidente del mismo, Omar Scarel, mientras estaba inhibido de hacer negociaciones sobre las acciones del consorcio de 33 empresas, en abril de 2022 quiso cerrar la venta definitiva de Renova a su viejo socio extranjero histórico, el grupo Glencore hoy Viterra, hecho que generó distintas demandas judiciales, entre ellas una nuestra.
La “crisis financiera” fue una estudiada operación de vaciamiento, endeudamiento millonario en dólares avalados por entidades estatales conducidas por funcionarios corruptos y fuga de 791 millones de dólares entre agosto de 2019 y enero de 2020.
El principal acreedor, el Banco Nación, jamás homologó la propuesta de la “compañía”. En sus 93 años de existencia, Vicentin siempre vivió del estado.
La permanente negación de las causas penales que muestra de manera contundente los delitos cometidos por gran parte de las autoridades de Vicentin parece ser igual que los nombres de los vinos del conglomerado: maniobras sucias de contrabandistas y tramposos. Nombres que definen una identidad y una formidable provocación al pueblo argentino.