- Por MANUEL PAROLA / “El Destape”
Un lienzo con una brutal amenaza hacia la prensa rosarina apareció colgado en las rejas que contienen el predio de Telefe Rosario, uno de los dos canales de televisión locales existentes en la ciudad santafesina. Las letras pintadas en aerosol rojo rezaban “A todos los medios de Rosario. Dejen de ensuciar y condenar a los pibes con la lengua x q vamos a matar periodistas. Con la mafia no se jode. Sino caravana con el noba”.
La banderola fue colocada en la pared del medio de comunicación que se encuentra de cara al río, en las inmediaciones del Monumento Nacional a la Bandera a primeras horas de la mañana del martes 11 de octubre, mismo día en el que nueve años atrás, la banda de Los Monos atacó a balazos la casa del entonces gobernador socialista, Antonio Bonfatti. La efeméride viene a dar una dimensión de la situación que se vive en la ribereña ciudad, que cuenta con más de 230 muertos por la escalada de violencia urbana con armas de fuego.
La investigación está a cargo de la fiscal María Eugenia Iribarren, quien expresó su preocupación por lo ocurrido y se comprometió ante el Sindicato de Prensa de Rosario tras el pedido de llegar “hasta las últimas consecuencias” con las averiguaciones del caso. El gobernador Omar Perotti se comunicó con las autoridades del gremio, mientras que este miércoles se llevará adelante una reunión con el titular de la cartera de Seguridad de la provincia, Rubén Rimoldi.
Revolver el río
Carlos Del Frade es diputado provincial por el Frente Social y Popular, pero antes de legislador es periodista de muchos años de trayectoria, autor de la seguidilla de crónicas del narcotráfico “Geografía Narco” que ya lleva cinco tomos anuales. Apasionado por desentrañar las relaciones entre la criminalidad organizada y la física del territorio santafesino, Del Frade estudia las disposiciones y movimientos de las bandas criminales que hasta el 2013 se distribuían el territorio rosarino con prolijidad y armonía.
Los Monos lideraban el sur de la ciudad dominando ese territorio en lo que a “venta de seguridad” y estupefacientes se refiere. Esteban Lindor Alvarado es el otro prominente líder que dominó el norte y el oeste de la ciudad en paralelo con los Cantero: después del asesinato de Claudio Ariel “Pájaro” Cantero en mayo del 2013, la banda quedó herida en su poder y en su orgullo. Durante aquellos años, el equilibrio que sostenía la paz entre las diferentes bandas narcocriminales se rompió y la guerra por la reestructuración del negocio de la venta de drogas explotó. Alvarado se transformó en el enemigo más hábil e inteligente que los Cantero enfrentaron, y éste tenía la estrategia de hacer pasar sus crímenes como si hubieran sido perpetrados por Los Monos, desviando las investigaciones hacia ellos y potenciando la imagen de la todopoderosa banda narco, desviando la atención de los medios, incluso de la misma justicia, de sus negocios. Los cuales serían descubiertos varios años después, llegando a juicio recién en febrero del 2022.
“‘Con la mafia no se jode’ es una marca de Alvarado, no es de Los Monos”, analiza Carlos Del Frade, en declaraciones a El Destape, el mafioso mensaje dejado a la expectación pública. Con esa inscripción es como Alvarado firmaba sus asesinatos y amedrentamientos, entre ellos, el ataque al domicilio de la funcionaria judicial Marina Marsilli en enero del 2019.
Para Del Frade, lo que confunde es la mención a “los pibes”, que han sido foco de análisis de la prensa en el último tiempo dada la detención y procesamiento de los parientes más jóvenes de los cabecillas de la banda, liderada por los hombres de la familia Cantero. “Claramente es un mensaje confuso y que tiene más que ver con el contexto de una democracia presionada, sitiada”, apunta. Desde el atentado de Cristina Fernández de Kirchner a la fecha, el Concejo Municipal de Rosario fue escenario de dos amenazas de bombas. Las reiteradas amenazas no se detuvieron allí: comercios, negocios privados, también a distintos trabajadores de prensa.
El contexto político, está, según Del Frade, enrarecido tanto desde lo nacional como en lo local, lo cual permite este tipo de aventuras de parte de las bandas: “Hay desde represiones a los mapuches, hasta lo que pasó en la cancha de Gimnasia a estas cuestiones muy puntuales”, señala, como presentar una banderola con una amenaza escrita contra todos los periodistas de Rosari, “que se dan en un contexto de tratar de angostar cada vez más lo que pueda hacer la la política”. Al ser consultado sobre la utilidad política de este tipo de gestos, el diputado no duda: “A ellos le sirve solamente para enrarecer el clima porque los capos de las dos bandas, tanto de Alvarado como de Los Monos, están presos a perpetuidad, así que los que sea enrarecer hay que enrarecerlo”.
Al momento de escribir estas líneas, la Terminal de Ómnibus “Mariano Moreno” retornaba a su actividad normal, tras recibir una amenaza de bomba que detuvo su regular movimiento, curiosamente a escasas horas de confirmarse el paro de colectivos de los trabajadores choferes del transporte urbano de pasajeros en todo el país. “Evidentemente hay toda una situación de desorden, de caos, de hacer que no hay control, que la ciudad está descontrolada y eso tiene una intencionalidad política: que la única manera que se salga es con más represión o con más mano dura me parece que es lo que termina colándose después del tránsito de esta noticia en cada una de las personas que vive en Rosario”, reflexiona Del Frade.
Historial de amenazas a medios de Rosario
La ciudad de Rosario fue lugar de amenazas permanentes a los medios de comunicación durante la década de 1980, hasta mediados de 1988, donde hubo incluso un ataque con bomba a la emisora de frecuencia modulada de la radio LT3. “Lo que queda ahora como exhibido, distinto y que confunde porque te lleva a las imágenes en México, son esos paños el que tiene más que ver con códigos tribuneros, con código de sábanas que muestran algunas hinchadas tanto la de Newell’s como la de (Rosario) Central”, señala Del Frade, quien entiende que hay una deliberada intención de que los atentados y las demostraciones de las narcobandas sean parecidas a las de los cárteles mexicanos.
“Acá me parece que es una agresión hacia toda la sociedad, por eso digo que es una forma de terrorismo rantifuso, a lo cual le tenés que sumar lo que dijo (el intendente de Rosario Pablo) Javkin que para mí no es menor. Él está convencido que (esta escalada de violencia) viene de dentro de las cárceles, y si viene de dentro de la cárcel, claramente es Alvarado los monos, no sale de ahí”, sentencia el investigador.
Existe una tercera hipótesis en la cabeza del periodista, “que tampoco es para descartar”, y es la posible incursión de una banda menor en búsqueda de “jugar a otro tipo de cosas, enhebrando lo político con las bandas violentas”. “Eso tampoco es para descartar en el análisis”. En lo que Del Frade insiste es en no dejar de lado al río como actor ordenador de esta situación de escalada en la violencia. “Estamos hablando de un lugar que otra vez está vinculado de alguna manera al río porque la zona en donde aparece son las espaldas de Canal 5, ahí en la zona del puerto”, afirma enlazándolo con los vínculos narcocriminales de los puertos de Rosario recientemente descubiertos por la Justicia Federal de Campana.
“No es un trapo, es un revólver”
El secretario general del Sindicato, Edgardo Caruana, aclaró en diálogo con el noticiero central de Telefe Rosario, el canal escenario de la ecuménica agresión, que “Nosotros como periodistas no somos ni más ni menos que nadie. Todos los rosarinos merecen una ciudad en calma, merecen vivir tranquilos, vivir sin miedo, pero creo que en esta escalada en la búsqueda de la impunidad, de manejar territorios, silenciar a la prensa es una conquista que ellos buscan”.
El gremialista advirtió que para los trabajadores de prensa es cada vez más difícil poder ir a cubrir a los barrios más periféricos, donde son recibidos con amenazas e intimidados por la delincuencia, y recordó la importancia de la tarea periodística en los barrios. “Nosotros tenemos una sola particularidad con el resto de los trabajadores. Tenemos que estar en el lugar donde se comete el crimen, donde se comete el delito, allí donde el rosarino necesita mostrar por qué sufre y eso es inevitable”, declaró y agregó: “Muchas veces contamos la cantidad de muertos por días y nos sorprendemos. Yo creo que nosotros tenemos que conmovernos por cada uno de los crímenes, por cada uno de los delitos, por cada una de las amenazas. Por eso queremos exceder nuestro reclamo particular, queremos recurrir al Concejo (Municipal), al intendente, al gobernador, al Poder Legislativo, a las fuerzas políticas de la oposición para que se defienda una vida digna con seguridad para todos los rosarinos”.
A su vez, el titular del sindicato dijo que “si nos amenazan es porque siempre hay un compañero mostrando lo que ocurre y eso es lo que no quieren que siga pasando”. Para Carmona, el lienzo colgado en el canal “no es un trapo” sino que “es un revólver en la cabeza de cada tipo que hoy se anima a decir algo que no les gusta y eso no puedo quedar impune jamás”.